POR: REDACCIÓN
La capa de ozono, una de las barreras naturales más importantes para la vida en la Tierra, está en proceso de recuperación, pero el esfuerzo global para protegerla no puede detenerse. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha destacado los avances logrados, gracias a la reducción de sustancias químicas que dañan este escudo atmosférico. Sin embargo, la lucha está lejos de terminar, y la comunidad científica hace un llamado urgente a no bajar la guardia.
El ozono, que forma una capa en la estratosfera, filtra la mayoría de los rayos ultravioleta (UV) emitidos por el sol, evitando que estos lleguen a la superficie terrestre. Sin esta protección, los niveles de radiación UV aumentarían significativamente, afectando la salud humana y los ecosistemas. La exposición a estos rayos se asocia con problemas graves, como el cáncer de piel, cataratas oculares y daños al ADN, además de afectar a los cultivos y la fauna marina. A pesar de los avances, la recuperación total de la capa de ozono aún no está asegurada y requiere una vigilancia constante.
El Día Mundial del Ozono, celebrado cada 16 de septiembre, conmemora el Tratado de Montreal, firmado en 1987, que ha sido clave en la reducción de los clorofluorocarburos (CFC) y otros compuestos que contribuyen al agujero de ozono. Este tratado es reconocido como un éxito global en la cooperación ambiental, y gracias a él, se espera que la capa de ozono recupere sus niveles previos a 1980 en las próximas décadas. Sin embargo, la OMM advierte que el agujero sobre la Antártida, que se abre cada año, sigue siendo un recordatorio del daño acumulado y de lo mucho que queda por hacer.
Hoy en día, los esfuerzos no solo deben centrarse en mantener las políticas actuales, sino en intensificarlas. Gases como los hidrofluorocarburos (HFC), aunque no afectan directamente al ozono, son potentes contribuyentes al calentamiento global. Reducir su uso es una prioridad, especialmente cuando el planeta está enfrentando temperaturas récord y fenómenos climáticos extremos más frecuentes. El cuidado del clima y el de la capa de ozono están profundamente interconectados, y actuar ahora es más crucial que nunca.
Si las políticas actuales continúan y se refuerzan, los científicos prevén que la capa de ozono podría restaurarse completamente en varias partes del mundo hacia mediados del siglo XXI. Pero esta proyección solo será posible si seguimos comprometidos con la reducción de sustancias dañinas y adoptamos tecnologías más sostenibles.
Cada acción cuenta: desde los acuerdos internacionales hasta las decisiones individuales, como evitar productos que contengan químicos nocivos o apoyar el uso de energías limpias. El futuro de la capa de ozono y del planeta en general depende de un esfuerzo global coordinado. Protejamos este escudo vital y aseguremos que las generaciones futuras hereden un planeta sano y habitable.