POR: REDACCIÓN
OpenAI enfrenta una profunda crisis interna que ha llevado a la salida casi total de su equipo fundador, dejando solo a Sam Altman como su director ejecutivo. Altman, un firme defensor de la transformación de OpenAI en una empresa con fines de lucro, ha permanecido en el cargo a pesar de los desafíos y la controversia que han rodeado a la organización.
La más reciente renuncia fue la de Mira Murati, la jefa tecnológica, quien dejó su puesto tras seis años. Reconocida como una de las figuras más influyentes en el campo de la inteligencia artificial, Murati también es miembro del consejo asesor de la ONU sobre el tema. En noviembre de 2023, estuvo en la línea de sucesión para ocupar el cargo de Altman tras su despido momentáneo, aunque este fue reinstalado debido a la presión de los inversores y el respaldo de los empleados.
“Me voy para crear el tiempo y espacio necesarios para hacer mi propia exploración. Mi prioridad es asegurar una transición fluida y mantener el impulso que hemos logrado”, publicó Murati en su cuenta de X. También se despidieron Bob McGrew, jefe de investigación, y Barret Zoph, vicepresidente de la misma área, quienes, junto a Murati, expresaron su gratitud hacia OpenAI y su deseo de embarcarse en nuevos proyectos.
A pesar del lanzamiento de su nuevo modelo, GPT-01, que promete capacidades de razonamiento, OpenAI se encuentra en medio de negociaciones para asegurar financiación adicional. Durante el actual año fiscal, la organización ha perdido aproximadamente 5,000 millones de dólares y carece de un modelo de negocio sostenible, dependiendo de inversiones de grandes corporaciones como Microsoft.
Fundada en 2015 como un laboratorio sin fines de lucro, OpenAI ha evolucionado hacia una empresa privada, lo que ha llevado a una serie de críticas sobre su desviación de los objetivos originales. La compañía se estableció con la intención de crear valor colectivo, alentando la publicación de investigaciones y la compartición de patentes. Sin embargo, ha adoptado un enfoque más comercial, vendiendo su tecnología a clientes y socios.
Las renuncias de Murati, McGrew y Zoph se suman a la de Greg Brockman, ex presidente de OpenAI, quien anunció una pausa prolongada para centrarse en su familia, así como a las salidas de otros miembros clave como John Schulman e Ilya Sutskever, que dejaron la organización a lo largo del año. La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de OpenAI y su misión en el ámbito de la inteligencia artificial.